jueves, 26 de noviembre de 2009

Trabajo parcial 1. Consecuencias para la práctica profesional e investigativa

Por María de Lourdes González
"Más grande que la conquista en batalla de mil veces mil hombres, es la conquista de uno mismo" Buda. Dhammapada (v103)
Resumen.
El plagio académico es un mal muy arraigado en la comunidad académica y sólo a través de las buenas prácticas de enseñanza puede combatirse; ya que constituye un delito de orden legal. Así como la ignorancia resulta contraproducente en el ámbito educativo, también en el orden moral, ha llevado a los hombres a confundir ley con poder y eso representa un peligro para la democracia de las sociedades. Las escuelas tienen una gran responsabilidad: enseñar a las nuevas generaciones que la comprensión y la humanidad son nuestro destino planetario.
Introducción.
El plagio, el fraude y todas las manifestaciones destructivas que se observan alrededor de los hombres, son síntomas de su decadencia moral acaecido por la falta de comprensión hacia nuestros semejantes y la naturaleza.
Este comportamiento tan recurrente, manifestado como intolerancia y destrucción, pareciera que forma parte de nuestra condición atómica. El Universo crea a partir del caos y quizá es a través del caos que el hombre crea conciencia de su humanidad.
Los avances en ciencia y tecnología no tienen sentido, si no se utilizan en beneficio del hombre y su hábitat. Aunque la historia muestra que los seres humanos no aprenden de sus errores, es urgente que en los centros educativos se fomente la comprensión y la ética, para recuperar la condición que nos distingue del resto de las especies: la racionalidad.
A) El plagio y el fraude en el trabajo científico.
La deshonestidad intelectual, es sin duda un acto deshonroso sobre todo cuando es exhibido el delito; pero ¿qué tan culpable es una persona, si desconoce que está cometiendo una falta? Sabemos que en las escuelas no se enseña a los estudiantes las normas para citar las ideas, palabras o párrafos de otros, por lo que el plagio es práctica común en el ambiente académico.
Esa falta de formación como científicos a la que alude Rojas Soriano (1999) en su artículo, es precisamente la causa de que muchas personas ignoren que están cometiendo plagio y que más bien es práctica común de los escritores inexpertos.
Según Girón (2008), se incurre en el plagio por razones que van desde la inseguridad de pensar por sí mismo, por pereza, por miedo y en la mayoría de las ocasiones por ignorancia. Sin embargo, esta práctica tan común en nuestro país, es posible erradicarla, enseñando a los estudiantes de los riesgos de orden legal que conlleva este delito; además de enseñarles a citar de acuerdo a la norma.
Se puede decir entonces que el proceso de la investigación inicia con aprender las reglas para citar de forma correcta, entendiendo que se plagia cuando: se usan "ideas, información o expresiones de otra persona sin darle el debido reconocimiento (esto constituye robo de propiedad intelectual). Hacer pasar las ideas, información o expresiones de otra persona para obtener buenas calificaciones u otras ventajas (esto constituye fraude" (Girón, 1998).
Enseñar para respetar las ideas ajenas, los derechos de terceros, es una labor que requiere del apoyo de los profesores y representa el inicio hacia una cultura fincada en los valores y la comprensión porque todos tenemos derecho a que se respete nuestro trabajo, ideas e idiosincrasia.
B) Enseñar la comprensión y la ética del género humano.
Los males que aquejan a la humanidad, tienen su origen en la incomprensión; por naturaleza somos seres sociales y aún así, no hemos aprendido a convivir; las disputas tienen su inicio con aquellas personas que no comulgan con nuestras ideas o que tienen lo que ambicionamos y en ese juego de nagación de los derechos ajenos, sa han dado las guerras.
Como testigos de la historia, hemos presenciado esa falta de comprensión hacia la ideología y derechos de algunas sociedades; a su libertad de pensar y creer en lo que les acomoda; pero también hemos sido espectadores a distancia de la bestialidad que el conocimiento y el poder puede generar en manos de individuos irracionales.
La ciencia y la tecnología deberían tener como fin la generación de mejores condiciones de vida para la especie humana; cada nuevo descubrimiento que inicialmente tuvo fines de comprensión del comportamiento de la naturaleza, también se está utilizando para aniquilar más personas con menos recursos porque la guerra es una industria muy costosa y productiva. Esa falta de moral que se vislumbra, representa una amenaza para los habitantes del planeta.
Concientes del peligro que conlleva vivir fuera de la norma, la única solución para la sobrevivencia, radica en comprender que no hay verdades basolutas; así "el problema de la comprensión se ha vuelto crucial para los humanos y esa debe ser una de las finalidades de la educación para el futuro [...]; enseñar la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad" (Morín, 1999).
Aunado a la falta de comprensión y el egoísmo que nos corroe la mente, está la negación a la comunicación. Omay Khayyam (1040-1121?), poeta persa escribió: "La justicia es el alma de este mundo, y este mundo es su cuerpo y nada más; sus sentidos, los ángeles; sus miembros, las cosas en su inmensa variedad: Lo cierto es sólo la Unidad Eterna, mentira lo demás". La justicia es el camino a la paz mundial.
Vivimos en un mundo de verdades a medias, recreadas por el individualismo, la autocompasión y la injusticia; enseñar para la comprensión pudiera ser una opción para evitar los problemas de conducta característico de quien se sobrevalora ya que "el egoísmo cultiva la self-deception, traición a sí mismo engendrada por la autojustificación y la tendencia de adjudicar a los demás, extraños o no, la causa de todos los males" (Morín, 1999); por negarnos a asumir la resposabilidad de nuestros actos, para bien y mal.
Egocentrismo y etnocentrismo, la pródiga tierra en la que germinan las xenofobias. Estos términos sin sentido después de la decodificación del genoma humano, mostraron que genéticamente somos compatibles y cromosómicamente no hay diferencias sustanciales entre los grupos humanos que pueblan la Tierra. La supuesta supremacía racial quedó al descubierto; la violencia que se genera en contra de algunos pueblos por las diferencias físicas y religiosas, son sólo el fruto de la decadencia moral de las sociedades agresoras; la historia nos enseña que los pueblos cuando llegan a este punto, desaparecen.
Hombres de todas las épocas han envilecido lo humano por su irracionalidad. La conciencia humana es compleja, pero la meditación, "la práctica mental de autoexamen permanente de sí mismo es necesaria, ya que que la comprensión de nuestras propias debilidades o faltas es la vía para la comprensión de los demás" (Morín, 1999).
Es innegable que algunos países han prosperado aniquilando poblaciones enteras por considerarlas inferiores; sin recapitular que dentro de nuestra condición imperfecta, solamente podemos aspirar a la perfección de nuestra condición humana. Para Erick Fromm (1966), la cuestión decisiva consiste en lograr las condiciones que ayuden a devolver la vida al hombre [...]; un renacimiento del humanismo [...]; la lucha común contra la idolatría, la liberación y el despertar de la humanidad entera.
De ahí que para la sana convivencia entre los individuos se requiere la tolerancia nacida de la comprensión. Nos ha tocado vivir en una época en la que somos ajenos entre sí, la violencia impera como si fuéramos responsables de las frustraciones de unos y de las ambiciones desmedidas de otros y aún así, la sobriedad es la postura que más conviene para no perder la racionalidad.
A pesar de la intolerancia y la hostilidad contra algunos grupos étnicos, la evolución de la especie humana no se puede detener y curiosamente su aliada ha sido la tecnología. Las telecomunicaciones han abierto la puerta para que germine la raza cósmica de José Vasconcelos; la comprensión, la ética y culturas del planeta tienen que entrar en un proceso de cambio de paradigmas que nos lleve a vivis en armonía.
Según Edgar Morín (1999) "la comprensión entre sociedades presume sociedades democráticas abiertas". Los gobernantes no decden el futuro de los ciudadanos, ni el destino de los pueblos porque eso constituye una traición a la democracia y a sus leyes. Enseñar la democracia es enseñar a vivir con dignidad, a romper cadenas de sumisión e ignorancia; a tomar las riendas de nuestro destino como miembros de una sociedad, liberándonos de la tiranía de los ambiciosos; vivir en un régimen democrático es tener conciencia de libertad y responsabilidad social, es valorarse como persona.
"La experiencia del totalitarismo ha revelado un carácter fundamental de la democracia: su vínculo con la diversidad" (Morín, 1999), lo que constituye un sistema complejo por la diversidad de ideas e intereses. La democracia se rige por medio de leyes, que son el freno de conductas antisociales; sin embargo, todo ello "depende de las condiciones que dpenden de su ejercicio (espíritu cívico, aceptación de la regla del juego democrático)" (Morín, 1999).
Paradójicamente, los avances en ciencia y tecnología, por su grado de especialización, constituyen el antídito contra la democracia. La sociedad requiere ir avanzando al mismo ritmo del progreso, tomar conciencia de su responsabilidad planetaria y aprender que la intolerancia, la indignidad unida a la ignorancia y la locura ocasionada por la incomprensión, ponen en peligro el destino mundial.
Haciendo un análisis retrospectivo en la historia, la situación actual de nuestro mundo es parecida a la del Imperio Romano antes de sucumbir: decadente, inmoral, intolerante, vengativo, ambicioso y su destino fue la destrucción. El hombre no puede sobrevivir en esas condiciones.
En una novela de Jane Taylor Caldwell (1983), se lee una cita que muestra el destino de los pueblos que se proclaman dueños del mundo:
¡Sic transit Roma! ¿sic transit América? Oremos para que no sea así, o arrastraremos con nosotros nuestro mundo, al igual que Roma arrastró tras sí el suyo, y otra larga noche de la Edad de las Tinieblas caerá sobre nosostros. Pero ¿Cuándo -como Aristóteles se lamentaba- han aprendido jamás los hombres de la historia?
Ostende nobis, Domine misericordiam, et salutare tuum da nobis. (Señor, hacednos sentir los efectos de vuestra misericordia y dadnos vuestra salvación).
Así como ¡pasó la gloria de Roma! (¡sic transit Roma!) puede pasar la gloria del mundo (sic transit mundi). Esto nos enseña que la Tierra es la casa de todos y que todos tenemos derechos y obligaciones con nuestra casa. La humanidad es la semilla que debemos cultivar en la mente de las nuevas generaciones, para no sucumbir como especie; enseñar la comprensión y la ética del género humano, son conceptos que pueden reivindicarnos con nuestra condición planetaria.
C) Promover la conciencia ética en la sociedad, nuestro deber.
Siendo la familia el núcleo de la sociedad y en donde se gestan los primeros prendizajes, la lógica señala que la conciencia ética se cultiva desde el hogar con el ejemplo. La escuela, segundo hogar de niños y jóvenes también es un espacio de influencia para promover lecciones de ética práctica; el ejemplo de los maestros es tan significativo como el de los padres.
La escuela en sus inicios era promotora de valores éticos, cívicos y morales; además del conocimiento o habilidades que se pudieran adquirir. Quienes nos dedicamos a la enseñanza debemos intentar recuperar aquellos valores que enaltezcan nuestro oficio, devolviéndole la dignidad que alguna vez tuvo.
No hay que olvidar que las primeras lecciones, son las más significativas en la vida de una persona, porque dejan huella en su mente; así pues, para el desarrollo integral de las sociedades en menester formar personas con conciencia ética y actitudes críticas.
Referencias:
Fromm, E. (1996) "Y seréis como dioses". Reseña. recuperado el 10 de agosto de 2009 de http://www.lecturalia.com/libro/18488/y-sereis-como-dioses
Girón, S.J. (2008) "Fraude=Robo de ideas". Recuperado el 10 de agosto de 2009 de http://www.usergioarboleda.edu.co/libro%20plagio.pdf
Khayyam, O. (1040-1121?) Poemas. Recuperado el 10 de agosto de 2009 de http://amediavoz.com/khayyam.htm#LAVIDAUNIVERSAL
Morín, E. (1999) "Los siete saberes necesarios para la educación del futuro". Correo de la UNESCO.
Rojas, R. (1992) "Formación de investigadores educativos". México:Editorial Plaza y Valdés.
Taylos, J. (1983) "La columna de hierro". México: Editorial Grijalbo.

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